Casi siempre, sólo basta un aroma, un sonido o un sabor para que el ser humano evoque momentos. Pero, ¿cómo es posible que el cerebro se active a partir estímulos sensoriales?

Por mucho tiempo se creyó que la actividad neuronal se llevaba a cabo principalmente en la corteza del cerebro y que ahí se desarrollaba la capacidad para procesar el pensamiento, sin embargo, los estudios más recientes del investigador Ranulfo Romo y Víctor de Lafente, del Instituto de Fisiología Neuronal de la UNAM, revelan que esto sólo es posible en el lóbulo frontal.

Para llevar a cabo la experimentación entrenaron a dos monos Rhesus. Cada vez que se les aplicaban impulsos eléctricos en uno de sus dedos, ellos debían presionar un botón.

Entonces, a través de la lectura computacional de la actividad eléctrica de su cerebro, los investigadores observaron que, con la descarga, no se había producido el estímulo en la corteza sino en el lóbulo frontal del cerebro, un sitio en el que ocurren los procesos de percepción y memorización, lo que explica por qué los monos presionan el botón a partir de los impulsos eléctricos. 

Gracias a que esta especie de primates tiene características cerebrales similares a las del ser humano, ahora se sabe que en el lóbulo frontal se lleva a cabo el proceso por el que todos los seres humanos son capaces de procesar información a partir de estímulos sensoriales como olores, sabores o cualquier tipo de sensación y que, además, es capaz de iniciar la memorización de esas experiencias.

Estos resultados abren la pauta para nuevas investigaciones que podrían beneficiar a pacientes con demencia, alzheimer, epilepsia o cualquier otro padecimiento neurodegenerativo que ataca en su mayoría a personas adultas mayores y que son consideradas por la Organización Mundial de la Salud como las principales causas de discapacidad a nivel mundial.